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Índice de testosterona y eyaculación precoz

¿La hormona masculina tiene la culpa?

La testosterona es la hormona sexual masculina de gran importancia para el desarrollo de los genitales, el crecimiento, las emociones, las habilidades cognitivas, la formación de los huesos, músculos y hasta el estado de ánimo. También es la principal responsable del apetito sexual, pero, ¿esta hormona masculina tiene la culpa de que un hombre sea demasiado rápido en el sexo? El índice de testosterona y la eyaculación precoz, ¿están relacionados? Esto es lo que dicen los médicos expertos en salud sexual masculina. ¿Nos acompañas en este desarrollo?

Niveles de testosterona

Los niveles de testosterona, según sean altos o bajos, pueden ocasionar disfunciones sexuales como la baja de deseo o disfunción eréctil; en cuanto a la falta de control al eyacular, hasta ahora no hay suficientes pruebas para demostrar que el índice de testosterona y la eyaculación precoz, estén directamente relacionados, ya que este padecimiento parece obedecer más a factores psicológicos o en todo caso, a enfermedades subyacentes. Antes de llegar a una conclusión, debemos entender cómo funciona la hormona masculina.

¿Cómo se produce la testosterona?

La testosterona es la hormona sexual andrógena que se produce en los testículos y las glándulas suprarrenales. Entre muchas otras funciones, promueve el crecimiento del vello y de los músculos, la voz grave de los varones, el impulso sexual y la producción de espermatozoides.

Es la glándula pituitaria (glándula del crecimiento) la que regula el índice de testosterona en nuestro cuerpo.

La mayor parte de esta hormona se adhiere a dos proteínas: la albúmina y la globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG). Pero hay otra parte de nuestra testosterona total que no se adhiere a las proteínas, a ésta se le llama testosterona libre. 

Tanto hombres como mujeres (que también producen testosterona, aunque en mucho menor cantidad y con otras funciones) pueden ver afectada su salud general, sexual o reproductiva debido a niveles altos o bajos de testosterona. En caso de notar alguna irregularidad, el médico debe investigar si los niveles de esta hormona son altos o bajos y solicitar una prueba para conocer el índice de testosterona. 

Para medir el nivel de testosterona se realiza un examen de sangre, normalmente en las primeras horas de la mañana y considerando si el paciente no está tomando algún medicamento que pueda alterar los resultados. En dicha prueba se indican los nanogramos por decilitro (ng/dL) de testosterona total. Una persona con niveles normales de testosterona mostraría números como éstos:

  • De 280 a 1,100 ng/dL en hombres adultos.
  • De 15 a 70 ng/dL en mujeres adultas.

Si el índice de testosterona resulta notablemente bajo, es posible que exista algún trastorno que esté afectando la producción de la hormona, a esto se le llama hipogonadismo. Un dato importante es que el nivel de testosterona disminuye con la edad, aunque no tanto para considerarse hipogonadismo. La producción natural de testosterona cae aproximadamente 1 % al año a partir de los 40. Es por eso que ninguna autoridad médica -como la FDA- aprueba tratamientos de reemplazo hormonal en hombres cuando el índice de testosterona baja debido al envejecimiento. La terapia hormonal no es un “rejuvenecedor”, se recomienda únicamente en casos donde puede afectar gravemente la salud general del varón. Según Mayo Clinic, la terapia de testosterona puede ayudar en casos de hipogonadismo, pero eso no implica que sea beneficiosa para hombres mayores sanos. Este mismo portal informa que “las pautas del American College of Physicians (Colegio Estadounidense de Médicos) indican que la terapia de testosterona podría mejorar un poco la función sexual en algunos hombres, pero hay pocas pruebas de que mejore otras funciones como la vitalidad y la energía.”

Si el índice de testosterona es alto

Tener mucha testosterona podría sonar a algo positivo o benéfico para los hombres. Se cree que a mayor índice de testosterona, mayor virilidad o mejor salud. Pensar así es un grave error. Cuando los niveles de testosterona están muy por encima de lo normal, podría deberse a la existencia de tumor en los testículos o algún problema en la tiroides. En estos casos, el médico ordenará una serie de pruebas como una biopsia en los testículos, resonancia magnética, análisis de semen, análisis de la glándula pituitaria o pruebas de las hormonas foliculoestimulante, luteinizante y estimulante de la tiroides.

Algunos de los síntomas que pueden indicar niveles anormalmente altos de testosterona, podrían ser:

  • Cambios en el estado de ánimo. Las altas concentraciones de testosterona suelen asociarse a comportamiento agresivo, competitividad, subida de la libido, irritabilidad y excitación en general.
  • Incremento excesivo del vello facial y corporal. Una barba cerrada y gruesa es un signo de testosterona alta.
  • Aumento de grasa. Ya sea en abdomen, piel (acné) o cuero cabelludo (cabello graso).
  • Cambios al orinar. El agrandamiento de la próstata puede producir pérdida de fuerza del chorro de orina o la necesidad de orinar frecuentemente.
  • Calvicie. Parece contradictorio si los niveles altos de testosterona provocan vello abundante. Al haber mayor producción de grasa en la piel, los conductos capilares se obstruyen, lo que deriva en pérdida temprana del cabello. 
  • Crecimiento exagerado de los músculos. La testosterona estimula el desarrollo muscular. El exceso de testosterona puede influir en la formación de hombros más anchos de lo normal, incluso puede manifestarse como hipertrofia muscular. Los deportistas que toman suplementos de testosterona o sus derivados (esteroides anabólicos), desarrollan gran musculatura que podrá parecer atractiva para algunos, pero las consecuencias a futuro suelen ser graves.
  • Crecimiento anormal de huesos. Nos referimos a un desarrollo óseo que supera los límites de lo normal. Un ejemplo es la mandíbula más ancha, esas características son muy notorias en alguien que consume hormonas sintéticas o se inyectan hormona del crecimiento. 
  • Cambios en la voz. Se vuelve más potente y grave debido a que los músculos de la laringe, el cartílago y la manzana de Adán, crecen anormalmente. 

Si el índice de testosterona es bajo

Si el índice de testosterona es notablemente menor de lo normal, es necesario indagar si existe una afección que esté mermando la producción de hormona masculina. Algunas de las manifestaciones sintomáticas del hipogonadismo podrían ser:

  • Crecimiento de las mamas en hombres (Ginecomastia). Esto podría indicar que los estrógenos -que también producen los hombres- se encuentran en mayor cantidad.
  • Bajo o nulo deseo sexual.
  • Problemas de erección. La disfunción eréctil causada por baja hormonal, puede producir también eyaculación precoz secundaria.
  • Bajo recuento de esperma. 
  • Cambios en los testículos.
  • Debilidad ósea.
  • Irritabilidad.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Pérdida de masa muscular.
  • Alopecia.
  • Depresión.
  • Fatiga crónica.
  • Anemia.

Índice de testosterona y eyaculación precoz

Una vez comprendido el papel que la testosterona desempeña en el organismo masculino, pongamos el foco en la función sexual, tema de este artículo.

El índice de testosterona y la eyaculación precoz, ¿están relacionados?

Desde hace poco más de una década, existen estudios en los que se investiga la relación entre el índice de testosterona y la eyaculación precoz

En la experiencia con millón y medio de pacientes, los expertos en salud sexual masculina de Boston Medical Group, no han detectado una asociación directa entre el índice de testosterona y la eyaculación precoz. A diferencia de algunos casos de disfunción eréctil, donde la baja de testosterona sí puede ser una causal, la terapia de reemplazo hormonal no está indicada para solucionar la eyaculación prematura. Mucho menos, el disminuir los niveles de testosterona.

En los varones que consumen esteroides anabólicos, sí podría presentarse una falta de control en el impulso eyaculatorio, más por las repercusiones generales en el organismo que por una consecuencia directa de un alto índice de testosterona sobre la eyaculación precoz.

Los urólogos y sexólogos de Boston Medical Group a nivel global, coinciden en que la eyaculación precoz se debe en 90% de los casos, a factores psicológicos y/o de aprendizaje; mientras que sólo el 10% tiene su origen en anomalías físicas.

Vale la pena recordar que existen dos tipos de eyaculación precoz: primaria, presente a lo largo de toda la vida sexual del paciente y en casi todos sus encuentros sexuales. Y secundaria o adquirida, que se presenta repentinamente, después de haber tenido una vida sexual normal.

Existe un estudio llamado Assessment of hormonal activity in patients with premature ejaculation (Evaluación de la actividad hormonal en pacientes con eyaculación precoz) publicado en el sitio UroToday en septiembre de 2016.

Dado que los controles hormonales de la eyaculación hasta ahora no se han dilucidado con exactitud, se realizó esta investigación con el fin de establecer cómo influyen las hormonas en pacientes con eyaculación precoz. 

En el estudio participaron 102 hombres entre los 21 y 76 años de edad, 63 de ellos con eyaculación precoz y 39 que eyaculaban en un tiempo promedio normal. En todos ellos se midieron los niveles de varias hormonas: prolactina, testosterona total y libre, tiroxina, hormona foliculoestimulante, luteinizante y hormona estimulante de la tiroides.

Los resultados indicaron los siguiente: 

  • Los niveles de hormona estimulante de la tiroides, hormona luteinizante y prolactina, fueron notoriamente más bajos en hombres con eyaculación precoz. 
  • El nivel (bajo) de hormona luteinizante es un factor de riesgo independiente para la eyaculación precoz

Aunque estos resultados parecen indicar que los niveles de hormona luteinizante, prolactina y hormona estimulante de la tiroides, sí están asociados a la eyaculación precoz, aún deben hacerse estudios más extensos (en un mayor número de pacientes eyaculadores precoces) y quizá, con otros métodos de diagnóstico de esta disfunción, ya que los 63 pacientes con eyaculación prematura, fueron identificados con base en cuestionarios.

Entre las principales causas de la eyaculación precoz, se encuentran:

  • Mal aprendizaje. En la adolescencia, la satisfacción sexual se busca de forma precipitada, con nerviosismo y ansiedad. Si esta práctica no se corrige, el resultado es la falta de control al eyacular. Muchos hombres que la padecen llegan a considerar esto como normal, ignorando que tienen un problema.
  • Ansiedad. El estrés de la vida cotidiana o el miedo a “no estar a la altura”, pueden influir en el desempeño sexual. 
  • Baja autoestima. Los impulsos que generan la eyaculación comienzan en el cerebro. Cuando un hombre no se siente apreciado, atractivo o no está cómodo con su cuerpo, es posible que pierda el control sobre el momento de llegar al clímax. Como un deseo inconsciente de terminar lo antes posible con una situación que no le es placentera.  
  • Vida sexual poco satisfactoria. Si las expectativas son muy altas o las referencias aprendidas son sólo películas para adultos, la persona puede desencantarse de la realidad y obsesionarse con alcanzar siempre “algo más”. Puede pasar también que al llevar un largo tiempo con la misma pareja, la rutina o el aburrimiento conviertan el sexo en una “obligación”, sin deseo ni “chispa”. Cuando hay insatisfacción, apresurar el clímax es una respuesta común. 
  • Larga abstinencia. Un poco de abstinencia puede ser un gran afrodisiaco, pero cuando se lleva mucho tiempo sin practicar sexo, las ganas se acumulan y repercuten en una falta de control a la hora de eyacular. Las relaciones frecuentes ayudan a conocer mejor nuestro cuerpo y a tener mayor dominio sobre éste. 
  • Un “mal momento”. Hay factores específicos que pueden provocar la eyaculación prematura en algunas ocasiones, como una nueva pareja o practicar sexo en un lugar inusual. Si esto se repite con frecuencia, lo aconsejable es buscar ayuda profesional.
  • El uso de sustancias como alcohol y algunas drogas prescritas o recreativas, pueden afectar el funcionamiento del organismo, incluyendo el control sobre la eyaculación. Normalmente estas sustancias prolongan el tiempo de eyaculación de una forma no natural.
  • Genética. En algunos casos, la eyaculación precoz puede ser hereditaria. No el padecimiento en sí, sino las características fisiológicas que la provocan. Podría tratarse de problemas con neurotransmisores o alguna otra enfermedad que contribuya a la disfunción, como niveles hormonales atípicos o problemas de próstata. 
  • Y ya que mencionamos los problemas hormonales, la disminución de testosterona u otros trastornos de la tiroides pueden afectar la eyaculación. Es importante destacar que, si bien las hormonas intervienen en el funcionamiento de todos los órganos sexuales, no son determinantes en el caso específico de la eyaculación precoz. Por otro lado, la disfunción eréctil causada por bajos niveles de testosterona, puede afectar también el control eyaculatorio. El miedo a perder la erección obliga al hombre a acelerar el proceso. Es probable que ésta sea la única relación entre el índice de testosterona y la eyaculación precoz.
  • Hipersensibilidad. Algunos hombres presentan extrema sensibilidad en el glande. Las causas de esto no están del todo claras, ya que medir la sensibilidad es bajo criterios de apreciación. 
  • Debilidad de los músculos pubocoxígeos. La pérdida de la tonicidad y debilidad por la falta de ejercicio o el efecto de alguna cirugía, pueden producir esta alteración. Los ejercicios de Kegel son el mejor entrenamiento para fortalecer el piso pélvico.
  • Infecciones urológicas. Trastornos infecciosos a nivel urinario o de próstata pueden ser causa de eyaculación precoz, por ello se recomienda que ante cualquier síntoma en la zona pélvica, se acuda con un especialista.

La testosterona “artificial”, ¿es una solución para disfunciones sexuales?

Como ya dijimos, el hipogonadismo (baja anormal de testosterona) puede deberse a problemas en los testículos tales como una cirugía, traumatismo o síndrome de Klinefelter, un trastorno genético que provoca subdesarrollo de características masculinas (poca masa muscular, ausencia de vello y poca o nula producción de esperma). Las infecciones, enfermedades hepáticas o renales, el abuso de alcohol, quimio y radioterapia, también pueden causar la disminución en los niveles de testosterona. Específicamente en casos como los mencionados, el médico puede indicar una terapia de reemplazo hormonal (testosterona) como tratamiento. Sin embargo, en la última década ha surgido un alarmante incremento en las prescripciones de parches, geles, pastillas o inyecciones de testosterona con la intención de devolver la “vitalidad” a hombres perfectamente sanos.

En los Estados Unidos los anuncios de TV venden al público masculino un concepto conocido como “Low T” (Testosterona baja), lo que ha triplicado el número de hombres que solicitan aplicaciones de hormona masculina.

La FDA (Food & Drug Administration) ha tomado cartas en el asunto emitiendo constantes comunicados: “El abuso de la testosterona, usualmente en dosis superiores a las recetadas por los médicos, puede afectar seriamente la salud de la persona y puede causar infartos, problemas cerebrales, daños en el hígado y en el sistema endocrinólogo.”

Conclusiones

Como conclusión podemos decir que el índice de testosterona y la eyaculación precoz sólo se relacionan de forma indirecta, es decir, el uno no es causa de la otra. Aunque la testosterona es responsable de prácticamente todas las funciones sexuales en los hombres, la hormona masculina no tiene la culpa de que un hombre sea demasiado rápido en el sexo.

Si se sospecha de padecer eyaculación precoz, un médico debe investigar las causas que dieron origen al problema y recomendar un tratamiento integral que pueda devolver al paciente la satisfacción en su vida sexual.

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¡Hasta pronto!

 

Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.

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